Hace una semana exacta llegué, del viaje recuperativo que estuve pensando hacer desde hace un año. La verdad es que en el 2010 iba a llegar hasta Antártica y por un problema en el buque (amago de incendio), llegué sólo a Punta Arenas... este año quize conocer el extremo sur del continente.
Patagonia recorrida, adorada y admirada... muchos quedaron incentivados por las fotos que publiqué en mi facebook ó flickr; repito que esas imagenes son un pequeño registro, pero estar ahí es impagable. La magestuosidad de los paisajes, me hicieron sentir (como para el terremoto) ínfima... yo no tengo una mentalidad tan hippie, soy más bien de ciudad, edificios, calles, urbanismo, música, movimiento... pero quedé tan conforme de compartir el relato de muchos que viajan para allá, conocen y quedan enamorados de las nubes, los vientos, las innumerables hectáreas estepáricas, los colores del cielo, la luna llena más grande que he visto en la vida y lagos de colores increíbles. Después de esto, lo que queda es empezar a planear la vida laboral y profesional, que espero resulte como quiero. Algunos ya saben que el 2010 no fue el mejor año (creo), las inestabilidades y la poca tolerancia a las problemáticas emocionales fueron los resabios de frustraciones que empezaron a acabar cuando me empezaron a llenar nuevamente el corazón con puras sonrisas. Era ahora la hora de dominar cada uno de los malos ratos para transformarlos en escenas naturales impactantes e inolvidables, calmar los hemisferios cerebrales, las sístoles, las diástoles y darle el vamos a escenas mejores, tan lindas, comparables con escenografías distintas como los que acabo de visitar.